Digital Scholar: crear y compartir conocimiento
Ya disponemos de más de mil millones de contenidos de uso libre en internet que han sido generados y compartidos por sus autores con una licencia Creative Commons. La cifra se ha triplicado desde diciembre de 2010, poco antes de que se publicara el libro The Power of Open que presentamos en EOI con Joi Ito, Director del MIT Media Lab.
Esto es especialmente interesante para cualquier persona que quiera construir una estrategia de publicación digital en la Red, independientemente de que lo llame marketing de contenidos, content curator o creación de marca personal. Significa que no tenemos que crear contenido de cero, sino que podemos apoyarnos en lo creado y compartido por otras personas, para aportar nosotros valor en la propia selección, combinación, complementación y/o reflexión que hagamos sobre ellos.
Generar valor académico
Pienso por ejemplo en el investigador/profesor universitario que quiere acercarse a prácticas de Digital Scholarship, lo cual supone un quehacer pero también un pensar y un promover la invetigación abierta. Entre los 1.100 millones de contenidos a nuestra disposición, nos encontramos con 1,4 millones de artículos en revistas de investigación, 391 millones de imágenes que bien pueden servir como objeto de estudio o de ilustración y 18,4 millones de vídeos.
No hay excusa para no convertirse en un Digital Scholar que no solo aproveche esta riqueza sino que contribuya a que siga creciendo con sus aportaciones. La misión de la ciencia no puede estar más en línea con el espíritu del movimiento Creative Commons, una sintonía entre la Ciencia 2.0 y el procomún que tanto nos ha recordado Antonio Lafuente en estos años, como en este artículo suyo de 2006 que ahora rescato. Ya por entonces hablábamos en este blog de la utilidad de escribir un blog académico. Vuelvo sobre mis palabras y veo que el fondo del planteamiento sigue siendo vigente, a pesar de que eran tiempos en los que ni Twitter, ni Facebook eran relevantes. Hoy pensar en Social Media nos lleva irremediablemente a un entorno más amplio y complejo, donde el blog sigue ocupando un espacio importante como lugar donde generar el contenido de forma estable, pero donde el capital social se ha mudado a las plazas satélites donde se van a vender y compartir las ideas (me refiero especialmente a Twitter).
Mucho más que un proyecto de marketing personal
Ser un Digital Scholar es mucho más que hacer marketing de uno mismo. Reducir sus beneficios al último punto de la cadena del quehacer científico es limitado e insuficiente.
Al contrario, desde un inicio, tener una actitud abierta y exploradora en la Red, conectada a distintos grupos, temas y entornos, facilita la emergencia de ideas y perspectivas que de otra manera quedarían soterradas. Después, una práctica transparente, pública y abierta hace que ésta sea de por sí más precisa y de mayor calidad. Escribir, compartir, argumentar, discutir en público con públicos no exclusivos del mundo científico, hace que el investigador se enfrente a retos a veces incómodos por infrecuentes en su acomodada pauta, teniendo que hacer didáctico lo que le parece complejo, actual lo que le parece trascendental y ameno lo que le parece demasiado serio. Sin duda, es la forma más natural de acercar la ciencia a sus destinatarios reales, la sociedad en general, haciéndola convivir con ellos en sus entornos más cotidianos y las redes sociales son parte de ese entorno.
Principales resistencias
Hay muchos profesores e investigadores reacios a practicar el conocimiento abierto en sus profesiones, ya sea por un cierto egoísmo o porque prefieren dedicar sus esfuerzos a tareas más “rentables” en términos de carrera académica. Ciertamente, el sistema formal, los comités de evaluación y la temida ANECA no están adaptados para reconocer al verdadero talento académico dentro de esta era de cultura digital: aquellas personas que buscan, seleccionan, comparten y hacen crecer el conocimiento de forma abierta.
Se miden por otros parámetros propios de una cultura de la escasez y otros “índices de impacto” que lamentablemente generan mucho menos “impacto” como son las revistas cerradas. Así es como se ha legitimado y se sigue legitimando la Academia, pero no es descabellado pensar, y no solo desear, que llegará algún día en que se valoren las aportaciones del Digital Scholar que es apreciado no solo por lo que sabe, y demuestra según la vieja liturgia, sino por lo que comparte, por los blogs que escribe, las presentaciones que cuelga, las colaboraciones en las que participa, las fuentes que ofrece, etc. Ya se empieza a vislumbrar en algunos ámbitos, en los que se tienen en cuenta p.ej. los índices de Google Scholar, pero ese nuevo sistema va a requerir de mucha inteligencia a la hora de fijar los indicadores. Aún recuerdo cómo hace unos años un compañero profesor abría un blog por cada asignatura, le colgaba el programa y el logo de la Universidad para que le computara como página web de curso en la acreditación de ANECA. Nada que ver con lo que yo consideraba que debía ser un blog docente, pero él ganaba su punto con ello…
A todos ellos, a los resistentes por convicción y a los resistentes por dedicación, les diría que merece la pena y mucho entregarse al conocimiento abierto y la cultura digital. No en términos de rentabilidad cortoplacista, sino por el beneficio que les supondrá en lo profesional y lo personal en cuanto al aprendizaje de técnicas digitales, la mejora de la calidad de sus producciones al aumentar su publicidad, el descubrimiento de temas de inspiración y fuentes de información, la conexión con grupos de interés, el reconocimiento social y también la mejora de la autoestima. Una rentabilidad mucho más preciosa y preciada.
De rentabilidad finalista no sé, pero de gran satisfacción sí. Tengo muy claro que lo más positivo que me ha pasado en los últimos años a nivel profesional se debe sin ninguna duda al trabajo en el blog y lo que ello ha conllevado: relaciones personales, proyectos colaborativos, aprendizajes, formaciones, etc…. Regalos todos ellos como es cerrar el año en esta lista 🙂
Por todo ello os deseo un estupendo 2016 donde ser muy felices compartiendo conocimiento!!