La aventura de escoger colegio
Una vez mi hermana me dijo que un día en la vida de un bebé se hacía muy largo y que un año pasaba en un suspiro. Así es. Hoy Nora cumple su primer año de vida en un día tan primaveral y nuboso como cuando nació un 20 de marzo.
En los últimos días he asistido a algunas jornadas de puertas abiertas de colegios de mi barrio. Aún quedan dos años para que comience el cole, pero no puedo evitar que su educación me preocupe desde ya, especialmente cuando introducimos la complejidad de los puntos y los distritos en la asignación de plaza. Todavía no domino del todo el asunto pero poco a poco empiezo a enterarme de la película.
Bilingüe o no bilingüe, a pie o en transporte público… son algunos de las variables a combinar. Por supuesto que la principal es la metodología, pero me siento ciertamente decepcionada en estas primeras incursiones. Tantos años trabajando con maestros en el uso creativo de la tecnología en centros oficiales de formación del profesorado en Madrid y ahora siento que me doy de bruces con una cruda realidad. En las jornadas de puertas abiertas he visto mucha información sobre trámites administrativos y horarios de comedor, pero aún no he encontrado un colegio en mi entorno donde haya un proyecto transformador en esa línea. La sala de informática es un clásico, nada de hablar de dispositivos móviles, la pizarra digital por aula como lo más innovador, el libro de texto como mandamiento y el trabajo con proyectos reservado para murales del día de la Paz. Me alegro de haber empezado tan pronto a hacer la ronda, me quedan dos años para que me sorprendan. Seguiré explorando.