Vísteme de personal, que tengo prisa
Primero la vi en el We Media Festival con su oda al sentimiento de hogar y ahora me la cruzo en otro blog cantando a su Mac.
Su nombre de guerra es happyslip y lleva 13 vídeos de su cotidianidad en YouTube. Dice que no hay una productora detrás pero cabe pensar si no estaremos ante otra lonelygirl15 viral.
¿Cuánto de “casero” y “espontáneo” tienen sus vídeos? No importa de quién sea el guión, pero ahí está, vertebrando este egocasting y reclamando miradas. Quizás para promocionarse como cantante, música o actriz… quién sabe.
En la web 2.0 lo profesional se disfraza de amateur y lo amateur juega a ser profesional.
Me recuerda a esas latas de “albóndigas caseras”, al porno amateur diseñado en las grandes productoras y a las cutres cuartillas de “se vende piso” con faltas de ortografía para simular ser “de particulares”. Tenemos muchos ejemplos alrededor.
Estos coqueteos entre fronteras y pactos de lectura no se han inventado con internet, pero sus posibilidades de alcance y difusión son incalculables. Lo nuevo es que el sujeto se convierte en objeto y la persona se pone su etiqueta para salir al mercado. Lista para vender.
Ya lo decía Verdú, el personismo que nos mueve…
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