¿Se puede aprender a hacer la Revolución en la Educación? Se puede, al menos, hacer micro-revoluciones en esa dirección. Eso nos dice la profesora María Acaso en su libro rEDUvolution y, desde diciembre, también a través de la Escuela de la Educación Disruptiva que la Fundación Telefónica ha puesto en marcha para experimentar nuevas formas de aprendizaje.
Sospechábamos que “lo que los profesores enseñamos no es lo que los alumnos aprenden” pero María va un paso más allá y pone en cuestión la relación entre Pedagogía y Verdad. Como lo hace también Joan Fontcuberta, el primer invitado a la EED, al desafiar constantemente en sus trabajos artísticos los límites entre Fotografía y Verdad.

Fontcuberta, un periodista que se inició en el marketing para pronto descubrir su pasión por la fotografía, es conocido por obras en las que nada es lo que parece y en las que, en sus palabras, “inocula vacunas en forma de mentiras debilitadas para fortalecer la capacidad crítica”. Fontcuberta es un maestro en el sentido amplio de la palabra, alguien que “muestra” los resortes con la suficiente delicadeza para provocar al público, para hacerle despertar y detectar el trampantojo al que se enfrenta. Desde un punto de vista educativo, Fontcuberta hace del arte de engañar una propuesta pedagógica: enseñarnos a desactivar la mentira, movilizarnos para ser capaces de discernir entre realidad y ficción. O, para como mínimo, cultivar la duda escéptica como método de conocimiento.
Fueron varios los proyectos que nos mostró, pero mencionaré uno que me gustó especialmente, Monumentalbum, una colección de murales con fotografías personales que familias de un barrio marginal en Francia rescataron, compusieron y mostraron en sus calles. [Al final de este post, incluyo las notas que tomé en forma de tuits por si hay fans de Fontcuberta interesados en sus reflexiones 🙂 ]

Proyecto LOVA
El formato de la jornada contó además con una conversación con Pedro Sarmiento, quien mostró las claves del Proyecto LOVA (La Ópera como Vehículo de Aprendizaje ): una experiencia en la que los alumnos construyen una obra de ópera repartiéndose todos los oficios (carpinteros, actores o confección de vestuario) y terminan por representarla al final del curso. Sin duda, un proyecto que ha calado en un buen número de colegios y que sirve para entrenar habilidades tan interesantes como son la democracia en la clase, el respeto frente al poder, el trabajo en equipo, la disciplina, el placer, etc. Temas todos ellos que también recoge María en su capítulo “Pedagogía y Poder”.
#relatogramas
Las conversaciones con Joan y Pedro estuvieron a su vez combinadas con un taller de relatogramas bajo la dinamización de Carla Bosserman y la coordinación de Clara Megías.
Pronto estará el vídeo disponible online. Mientras, recomiendo leer la crónica de María en su blog, donde da buena cuenta de la experiencia que se desarrolló en la Jornada de diciembre.
La siguiente sesión será el próximo sábado en la Fundación Telefónica y junto a Pedro Jiménez de Zemos98 y Adolf Murillo la dedicaremos a abordar los dispositivos móviles como agentes de educación disruptiva. Las plazas están agotadas pero se podrá seguir por streaming en su página.