La Aventura de Aprender

¿Qué tienen en común unos productores  de miel de barrio, un médico de Primaria que entiende las redes como medicina de proximidad, un consultor artesano que modela la empresa abierta desde la confianza, un colectivo que entiende el wifi como un derecho de autonomía, una investigadora que nos dibuja la realidad vestida de datos, unas monjas que no pueden parar de innovar, un banco de intercambio de semillas, un centro de experimentación en permacultura o la propiedad en los montes gallegos?

la-aventura-de-aprender

Todos comparten una forma de entender el conocimiento, su producción y difusión en comunidad. Todos ellos comparten los valores del procomún. Y todos ellos comparten su experiencia en un nuevo proyecto que lleva por nombre “La Aventura de Aprender” (@aventuraprender).

Así se define en su propia web:

Este proyecto parte de unos presupuestos mínimos y fáciles de formular. El primero tiene que ver con la convicción de que el conocimiento es una empresa colaborativa, colectiva, social y abierta. El segundo abraza la idea de que hay mucho conocimiento que no surge intramuros de la academia o de cualquiera de las instituciones canónicas especializadas en su producción y difusión. Y por último, el tercero milita a favor de que el conocimiento es una actividad más de hacer que de pensar y menos argumentativa que experimental.

Sin aventura, no hay aprendizaje

Estas experiencias están disponibles en vídeo en la web La Aventura de Aprender y han sido emitidas anteriormente por el programa La Aventura del Saber de TVE gracias a un acuerdo de colaboración con el MECD que permite su reutilización con una licencia más abierta de lo que nunca antes se había logrado en RTVE.

Sin aprendizaje, no hay aventura

La Aventura de Aprender no es solo un gran proyecto. Es un gran proyecto impulsado por un gran equipo y especialmente por dos personas muy especiales para mí: Antonio Lafuente, mi maestro del procomún, y Rocío Lara…  qué puedo decir de ella, es mi hermana 😉