La receta como copia y el patchwork como remix
En la sesión de Laboratorios de Internet de Medialab-Prado de hace unos días, el equipo de traducciones p2p colaborativas que lidera Floren Cabello presentó su trabajo bajo el imaginario de la cocina (pinches, recetas, cocinados, ingredientes, etc.). Fue entonces cuando Adolfo Estalella llamó nuestra atención al iluminar este escenario de los fogones, más doméstico y por ello también abierto, frente al de los laboratorios que tanto nos seduce, pero de acceso exclusivo a profesionales y expertos (vídeo).
La metáfora del mundo de la cocina como espacio de relación y aprendizaje es, sin duda, sumamente estimulante. En concreto, la receta como patrón o código fuente, producido, difundido y expandido para su mayor uso, es también un buen ejemplo de forma popular de transmisión de conocimiento basado en la copia.
Una receta de un pastel escrita por una secretaria en un papel oficial de la Corona. Un interesante forma de subvertir lo institucional desde lo popular e incluso naive). Fuente: Flickr, The National Archives UK, 1624.
La copia y el remix van necesariamente de la mano. Si la cocina tiene la receta, la moda tiene el patrón. Si la cocina admite variedades y dignifica la “ropa vieja”, el vestido legitima el patchwork haciendo de la necesidad virtud. Ahora han proliferado cursos, revistas y comunidades alrededor del patchwork hasta convertirlo en una “moda” en sí mismo, pero en algún momento fue una necesidad de “confeccionar” retales dispersos, de componer con los márgenes y de darle cuerpo a los fragmentos. Fue incluso parte del movimiento “Reform style” de mitad del XIX, entre lo puritano y lo feminista, que abogaba por que las mujeres vistieran de una manera saludable, económica, femenina… como reacción a los corsés y los pantalones.
Ladies’ fashion, dress in so-called reform style: a reaction against the unhealthy lacing up of the female body with a corset. 1911. Fuente: Flickr, Nationaal Archief, 1911
Como decíamos al reflexionar sobre las no tan nuevas formas de aprender, “gracias a la gran plaza pública que es Internet, aquello que durante mucho tiempo fue propio de lo marginal (la copia, la comunidad, el prototipo y el amateur) se hace visible con la dignidad que confiere lo auténtico”.