Ha durado poco pero ha sabido a mucho #recordandoacarlos
Volví el miércoles de Nueva York y Rocío me alertó con un “creo que alguien de los de Aulablog se ha muerto, lo están comentando en Twitter, seguramente le conozcas”. Y entonces fui rápidamente a ver el stream de Yalocin y ahí estaba la trágica noticia. He llevado la pena durante toda la semana, esperando cierto sosiego para recordarle sin la fugacidad de los 140 caracteres.
Conocí a Carlos en Roa, allá por 2006 cuando comenzábamos a celebrar los edublogs. Roa, en el espíritu de Aulablog, fue ese lugar mágico de encuentro de maestros que pensaban en lógica blog antes de que se inventara el formato, porque tenían impregnada en su ADN toda la potencia que este nuevo medio nos brindaba (publicar, compartir, dialogar…). Éramos muchos, aunque siempre nos parecerá que somos pocos. Durante dos días hablamos, comimos, reimos y hasta bailamos juntos la polka de Isidro. Carlos siempre estaba en un segundo plano, tan discreto, tan tímido. Por eso me hizo tanta ilusión el comentario que me encontré a la vuelta después de una despedida que prácticamente fue la oportunidad de un hola.
Nos volvimos a ver en Santander, de casualidad y fugazmente, en un encuentro de Educaparty 2007. Él triunfaba con su didáctica del RSS y sus pelotas juguetonas. Una metáfora brillante para explicar conceptos complejos que sólo puede hacer un buen maestro como él.
Y así seguimos cruzándonos en los blogs, desde el reconocimiento y la admiración mutua.
Dos años más tarde el encuentro de Edublogs viajaba a Santiago. Era su ciudad y su proyecto personal, donde le tocaba ser protagonista a pesar de sí mismo. Estuve a punto de ir, Pepe me ofrecía de nuevo su coche, pero en el último momento algo me lo impidió. Así que nos conformamos con una videoconferencia. Y ya no nos vimos más como peregrinos en este camino digital.
Ni siquiera sabía que estaba enfermo. Su pelo rapado no me decía nada, ahora me dice tanto… Mientras este borrador avanza, también lo hacen las lágrimas. Y ahora esto termina donde empezó todo, en esta red de generosidad que nos motiva a seguir trabajando por la educación que soñamos juntos.
Carlos, ha durado poco pero ha sabido a mucho. Te queremos.