Locos por las listas
La semana pasada estuve en la presentación de la ListaWIP, una web de Prisacom que ofrece índices de popularidad de personajes (por países, horóscopo, sean de ficción, etc.) según su impacto en internet.
El juguete no deja de ser curioso. Más que por lo que hace, me parece interesante cómo lo hace y pensar cómo se podría adaptar esa tecnología a otros usos (educación, periodismo, etc.) más allá de saber si la Spears es más popular que ZP.
Confieso que cada nuevo invento para “conocer la popularidad” me provoca cierta urticaria, pero es nadar a contracorriente porque la tendencia es precisamente ver cada vez más aplicaciones de este tipo. Sencillamente no soy el público objetivo. Pero hay mucho que sí lo es. Al parecer, esto de las listas tiene tirón y hay mercado para ello (20minutos también hace lo propio). Hace unos días, con el lanzamiento de algo similar decía lo siguiente:
He visto que el elemento de diferenciación es el número de seguidores. A mí, en principio, no me gusta demasiado que se carguen todas las tintas en ese parámetro. La popularidad como índice de calidad no siempre ha sido una garantía. Suelo ser bastante crítica con los rankings y el tipo de monstruos que generan (el ego del blogger, que tan vanidoso es como sabemos). Entiendo que necesitamos instrumentos de ordenación y medida, pero hay que ser cuidadosos con los elementos que se meten en el cálculo. No hay una fórmula ideal, pero cuantos más criterios se integren y mejor se ponderen, más equilibrado puede resultar. Para comenzar puede ser un buen paso, pero quizás con el tiempo se puedan ir buscando más variables que cruzar 🙂
Pero viendo el maridaje de Paris Hilton con la Universidad de Harvard, todo acto de fe es posible. Con tanta lista pululando, mejor comernos unas tontas…