Cuando Blogger se queda corto
En los últimos días dos amigos se han cambiado de casa. Tanto Moeh como Sergio han sufrido el vértigo de trasladarse de su anterior piso en Blogger a una vivienda modular en WordPress con dominio propio. Es una mudanza traumática y delicada porque no se trata de llevarse los muebles, sino un material no tangible y vital construido a base de conversaciones y reflexiones, de posts y comentarios.
Blogger es un apartamento funcional, diáfano y cómodo para vivir los primeros años de soltería, hasta que se hace limitado y llega un momento en que el morador quiere redistribuir espacios con pladur y redecorar su estancia para hacerla más cómoda e interesante a sus invitados. Y entonces aparece WordPress dispuesto a ser tuneado, con sus muebles de Ikea, sus plugins y sus css para amantes del bricolage de andar por casa.
El espacio es vital para la construcción de una identidad propia. Cada uno en su casa coloca sus posters, sus libros, su música, sus rémoras de viajes. Objetos de consumo, de emociones y de identidad propia. Para dialogar con ellos, para que hablen de él. Un blog es un asentamiento vital que es personalizado a la medida de su habitante en un proceso constante sin licencia de final de obras.