Hace cuatro años: 15-febrero-2003
Hoy es el día de los desenamorados. Y mañana. Y pasado también. Y ayer. De los desencantados con la geopolítica internacional que permite guerras eternas como la de Irak.
Hace cuatro años, millones de personas salimos a la calle en todo el mundo para pedir que no se invadiera este país. No sirvió de nada. Las armas de destrucción masiva eran una mentira de muerte anunciada y hoy Irak ronda una media de cincuentas muertos al día. A veces cien.
¿Dónde estabas tú?
A mí me pilló en EE.UU. y acudí a la de Nueva York. Nunca he pasado tanto frío en mi vida con veinte grados bajo cero y los pies congelados. De hecho al día siguiente hubo una nevada tan copiosa que se incomunicó la ciudad. Pero la gente no se inmutaba y seguía en la calle. Niños, abuelos, familias enteras. Me sirvió para abandonar estereotipos sobre los norteamericanos. A veces desde Europa creemos que Bush representa al hombre medio de su país. Y haberlos, haylos, claro. Pero también hay una gran parte de la población con una actitud cívica y contestataria que ya nos gustaría a los del viejo continente. De los que se organizan en pequeños comités locales y se van un domingo con su termo y pancarta en mano a hacer un rally por la comarca. Nosotros somos menos sufridos, me parece.