Siempre Kapuscinski
Ha muerto Kapuscinski. Le conocimos ya viejo y entonces supimos que siempre fue joven. No fue una estrella mediática hasta avanzada su carrera, pero sí una estrella de la profesión. Y esa fue su suerte y su principal virtud: su modesta humildad, su ejercicio de oficio de agencia y su entrega a los más necesitados de que su historia fuera contada.
Hoy toda la profesión le recuerda y le admira. Y me pregunto cuánto de mala conciencia habrá detrás. Porque Kapucisnki era el periodista que todos quisiéramos ser y quien nos recordaba frecuentemente que este oficio no es para los cínicos. En tiempos de vértigo y celeridad informativa, este periodista polaco introducía siempre un soplo de sentido común y apelaba a conjugar ética y estética en esta hermosa profesión tan a menudo prostituida.
Ahí quedan como legado sus libros y reportajes, así como sus reflexiones sobre el periodismo (como esta definición que cita Moeh y este extracto en Porsilasmocas).
PD. ¿Será que los genios se parecen, que yo le veo la misma limpieza en la mirada que a Antonio López?