Identidad de dominio público
Identidad de dominio público, la conferencia más interesante del Evento Blog España, por Juan Varela. Aquí mis notas al vuelo. No son citas literales, pero bastante aproximadas. Se pueden completar con este vídeo, el post del Evento, el de P21 –relacionados– y su presentación en ppt:
Ciudadanía en la era de los medios sociales. Hay que precisar dónde estamos y de qué hablamos. “La era de la simulación”. Representación del mundo y de la sociedad, la película “La fuga de Logan“. Hay muchas burbujas. Algunos le llaman esferas. La teoría de la cerveza. Habla de las espumas. Vivimos en la espuma. Las espumas se pegan, pero no se mezclan. Si pones dos cervezas en el mismo vaso, no se mezclan. Algo ocurre en la blogosfera, que hay esferas, muy próximas pero sin mezclarse. Cada uno es una cápsula.Hay una esperanza: podemos ser otras cosas, lo que queremos ser.
En Second life es fácil ser otra cosa. Capacidad de cambiar la identidad. No hay espacio ni tiempo. Los construyes tú. Narrativas en la red. Gente que construye sólo para ser enlazado. El algoritmo de la red: si no te enlazan no eres nadie. Neuromancer de William Gibson. “Case cayó en la prisión de su propia carne”. Las herramientas están, son fáciles de usar y gratuitas. Fuera del ciberespacio es distinto. En el ciberespacio tenemos un nivel de intimidad que muy pocos tienen en las relaciones carnales. En los juegos en línea, podías jugar pero la trama no era tuya. Ahora sí. Second life todavía se parece demasiado al “desierto de lo real”. ¿Por qué creas el cine y el comercio ahí, si ya lo tienes en tu vida real? La vieja internet no era humana, no era accesible (tenías que manejar códigos). En la web 2.0 el código es invisible, a la gente no le importa qué hay detrás. Todo es gráfico. Y es social. La gente se reconoce como gente, la herramienta no les importa.
En el blog ofrecéis a la gente una identidad de lo que queréis ser y los demás te reconocen por eso. Quieres reconocerte como persona. Aunque esté vendiendo una idea, le quiero decir a la gente que me juzguen no sólo por lo que digo, sino también por quién soy y cómo me muestro. Ahora el problema no es el Gran Hermano que te vigila y te controla. Sino que tú mismo mediatizas tu propia vida. Esas herramientas me dan la posibilidad de ser yo mismo quien retransmita mi propia vida. Internet es asincrónico. En la vida real hay muchas cosas y no te da tiempo a preparar la imagen quequieres dar. En tu vida digital tienes muchos recursos para trabajarte tu identidad. Si no lo haces, estás a espensas de que los demás generen una imagen de ti que tú no controlas. Nosotros tenemos la capacidad de controlar qué imagen pública queremos dar y a difundirla. Se juzga a través de esa personalidad emitida, difundida. A veces se parece mucho a la real o poco. En internet es difícil saber si alguien está jugando “a un videojuego” en la narrativa que está construyendo. Hay que tener cierta actitud crítica para ver lo que ocurre.
Tenemos una realidad muy regulada por muchos condicionantes. En la red eso no existe. Puedes vivir sin condicionantes familiares, sociales, etc. Todo puede estar inventando y puede ser tan creíble como lo real. ¿Será que todo está inventado y no hay nada real? En la novela 1984 de Orwell lo público invadía lo privado. Ahora la tragedia de la posmodernidad es que lo público ya no existe. En la red social lo público no existe. Lo que hay es un supermercado de identidades. Una gran bolsa donde hay intereses privados que en la medida que coinciden crean comunidades, no sociedades. Eso nos pasa en la política. Ya no somos ciudadanos, sino identidades con intereses privados, espumas que pueden coincidir o no. Si no hay audiencia, es complicado conseguir recursos. Es difícil contarle este entorno a los publicitarios. ¿No será lo real el desierto? ¿No estaremos creyendo nuestra propia narrativa de ficción? El día en que nos enteremos de que no era real, tendremos un problema. Eso le está ocurriendo a la política, a la economía, a los medios, etc.
Cambios y desafíos: certezas pocas, inquietudes bastantes.
El primer desafío es la Identidad. Podemos ser un yo digital, que normalmente es mejor que el personal. Hasta cuando somos malvados. Como en la red no se folla en ningún sitio. Yo soy más tonto que Periodistas21. Tenemos las herramientas para construir cosas que no sólo somos, sino que queremos ser y convertirlo en real. Eso cambia mucho la percepción que se tiene y cambia la vida real. El problema no es el acceso. La gran brecha digital es decir que tienes que ser capaz de manejar tu imagen virtual antes de que otros la manejen por ti. Ahí está la libertad.
Segundo desafío: la Economía. La era del hardware terminó. Estamos en la de software y más allá. Ahora lo comunal está muy distribuido y crea nuevos mercados. Permiten nuevos negocios que dan oportunidad a más gente a sumarse y convertirse en productores. Cuanta más libertad, también hay más control. Pero a veces no se ve. Uno de los problemas del interfaz social es que la tecnología es opaca. La gente no sabe cómo funciona Google, que también tiene unos intereses y unos defectos. Pero no interesa. Hay menos gente que nunca controlando ese intercambio. Ahora la concentración es medios-tecnología. Esa es la convergencia, que produce una concentración vertical enorme. Algo de lo que no es consciente el ciudadano normal. Ej. lo que ocurre con YouTube. Contrato en el que renuncias a tus derechos de propiedad sobre tu contenido.
Tercer desafío: la Información. Roto el paradigma del broadcasting. La mediación está superada. El problema es cómo manejar la abundancia. La escasez tenía sus problemas, pero era cómodo porque se sabía cómo funcionaba el mundo.
Otros desafíos: La Política y la Ciudadanía: Destruir el mito de los medios sociales y los blogs. Decir que hay cosas interesantes, pero no estamos solos. Alrededor hay mucha gente que no sabe, no le interesa. Lo que hacemos, cambia cosas. Cuantos más somos, más interesa.
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